Se trata de dos maquetas que van a ser instaladas en el parque Nacional Iguazú, y que buscan representar de una manera tangible toda la información importante para el público, así como el detalle geográfico del parque.
¿La novedad? A diferencia de las maquetas tradicionales estas se pueden tocar y están diseñadas con el objetivo de que cada una de sus características sea diferenciable a través del tacto y no solo la vista. Para eso incorporan texturas diferentes en todos los elementos informativos, carteles combinados con braille y todo el detalle de cada uno de los imponentes saltos de las cataratas.
La impresión 3D nos permitió generar un modelo con un altísimo nivel de detalle, incorporando más de 15 texturas, elementos decorativos e informativos como árboles, cañaverales y texto mixto, es decir con braille. Así agregamos la arena de la playa de isla San Martín, las olas y la espuma del río Iguazú y referencias para paseos náuticos, terrestres y transportes dentro del parque.
Estas piezas no sólo son novedosas por su aplicación en accesibilidad sino también por la facilidad con la que permite visualizar los detalles del terreno del parque nacional. Nos dimos cuenta que cuando se trata de información espacial es muchísimo más fácil interpretarla en su formato nativo que en un plano. Es la diferencia entre ver una foto de una habitación y visitarla, nuestro cerebro procesa la información de una manera diferente. En ese sentido son una herramienta invaluable de enseñanza y concientización.
La iniciativa llegó a Rulo3D de parte de la empresa Iguazú Jungle, que opera los paseos náuticos en el parque y que, desde principios del año pasado, está reevaluando sus propuesta de accesibilidad en sus operaciones.
Este proyecto es prueba de que la accesibilidad se puede incorporar orgánicamente en proyectos para el público general y enriquece la experiencia de todas las personas, tengan o no discapacidades. También es una demostración del poder de la impresión 3D para generar nuevas propuestas de valor en todos los ámbitos.